lunes, 29 de julio de 2013

Descripción vivienda, Diego Carrillo.


Bucaramanga, ciudad bonita de Colombia, llena de parques por todos lados siendo setenta y dos en total, distribuida al contrario de las otras ciudades importantes del país, es decir, aquí las calles son en sentido oriente-occidente y las carreras, pues, como es cuestión de deducir serian norte-sur, a diferencia del resto del país; En la zona nororiental de esta ciudad se ubica un barrio histórico, tal vez uno de los más grandes en cuanto a extensión de terreno se refiere y popular por su inseguridad en tiempos de fútbol local, dicho esto, el lector ya tendrá idea más o menos a que barrio me refiero.
San Alonso, en un pasado, lugar de casas grandes con su estilo colonial, con grandes patios y jardines, hoy día, cuna de grandes edificios elevados en más de quince pisos hacia el cielo; ubicado sobre la calle 17 y la carrera 32ª, en una esquina, quedándose pequeño al lado de los “monstruos” que brotan en sus cercanías, se encuentra el edificio Diana, con tan solo seis pisos de altura y ya con una edad de más o menos diez años.
Con un estilo moderno, para la época de entonces,  su fachada en ladrillo a la vista y detalles en friso gris que contrastan su techo de teja de barro, da gusto verlo aunque desentona un poco con el estilo de arquitectura vecino, éste posee siete apartamentos bien distribuidos cada uno de ciento nueve metros cuadrados; habiendo entrado por la puerta principal del edificio, después de subir cinco pisos, cruzando una puerta grande de madera, Nos encontramos con una sala de visitas liviana de cosas para facilitar el movimiento, limitada a su lado derecho con las zonas sociales y a su lado izquierdo con las habitaciones y los baños.

Refiriéndome primero a su lado derecho encontramos un espacio para un comedor de seis grandes sillas con una apariencia basta dada por sus patas en madera de cedro y refinada al mismo tiempo gracias a su gran cristal; al lado derecho de éste encontramos inmediatamente la cocina como en forma de un pasillo largo que termina cuando comienza el patio de ropas; al lado izquierdo del comedor encontramos una segunda sala más amplia donde se dispone la ubicación del televisor un mueble grande marrón y otros mobiliarios a despreciar; Volviendo a nuestro punto de partida, que lo he tomado como la sala de recibos, tomaremos ahora el camino hacia la izquierda, la zona privada; a unos cuantos pasos de la puerta de entrada llegamos a un hall en el cual encontramos los accesos de cada habitación y a uno de los baños.

En esta ocasión entraremos a una de las tres habitaciones, la de las advertencias en la puerta,  la que encontremos más “ordenada”, estando allí se siente otro clima, la ventilación es mayor gracias a sus dos ventanas, aunque su espacio es reducido no es incómodo el movimiento dentro de ella, como es de suponer la cama ocupa la mayor parte de área aunque el escritorio donde hay un portátil y varios libros también ocupa su parte, colgado en una pared se puede apreciar el arte que brotó alguna vez por mis poros y quedo impreso en una pintura algo abstracta, al lado de ella, mi guitarra, esa que me canta historias cuando estoy aburrido; arrinconado, al lado de un cajón de zapatos, vemos un saco de boxeo que alguna vez tuvo uso, ahora solo estorba y por cierto está a la venta si el lector lo desea, el resto se considera desorden para algunos, aunque cada objeto tiene por contar una historia , simplemente por hoy lo despreciaremos sin más; Desde lo amplio de una ciudad hasta lo reducido de una habitación, mi habitación.